COP (Coeficiente de rendimiento), EER y European Seasonal Energy Efificieny Ratio

Introducción

El 2050 es un año clave para la UE, ya que antes de esa fecha tendrá que haber logrado la neutralidad climática, algo a lo que se comprometió mediante el Pacto Verde Europeo (articulado a través de la Legislación Europea sobre el Clima). Esto, consecuentemente, ha obligado a que también se propusiesen objetivos mucho más ambiciosos para el 2030, año en el que se tendrán que haber reducido las emisiones de gases de efecto invernadero, como mínimo, un 55%. Ejemplos de este endurecimiento de las normas son, por una parte, el hecho de que, desde enero del presente año, sean de obligado cumplimiento nuevas prohibiciones de comercialización establecidas en la Normativa Europea F-Gas y, por la otra, que se estén revisando legislaciones sobre energía, transporte y clima para adaptarlas, puesto que, aunque ya estaban vigentes (como la F-Gas), ahora deben ser más estrictas. Una de ellas es la revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios. Esta obliga a los EMs a establecer planes de renovación a largo plazo de edificios residenciales y no residenciales para conseguir un parque inmobiliario descarbonizado y altamente eficiente. Por este motivo, los países deben incluir en sus estrategias métodos de evaluación que sean objetivos como, por ejemplo, los indicadores energéticos COP (coeficiente de rendimiento), EER y ESEER, de los cuales hablaremos en este artículo.

Sin embargo, antes profundicemos un poco más en la EPBD para entender por qué estas ratios son tan importantes para nuestro sector.

Directiva EPBD (Energy Performance of Buildings Directive)

La viabilidad del planeta no solo depende de llevar a cabo una gran transición hacia soluciones de movilidad eléctricas, fuentes de energía menos contaminantes o de poder contar con la tecnología más avanzada, sino que también está supeditada a conseguir perfeccionar aquellos elementos que forman parte de nuestro día a día para que se ajusten al contexto medioambiental actual.

La edificación (tanto para fines residenciales como corporativos) es uno de los ámbitos más sensibles a los efectos del gasto energético. Así pues, afrontar la construcción y la renovación de inmuebles desde una perspectiva más ecológica y eficiente no solo contribuiría a reducir las emisiones, sino que también ayudaría a paliar la pobreza energética, ya que una mayor eficiencia en nuestros edificios implicaría un menor gasto en aire acondicionado y calefacción (tanto para empresas como para particulares). Para ello un factor clave es el nivel de aislamiento de los edificios y su evolución a sistemas “pasivos” o de mínimo gasto energético.

La revisión de la Directiva EPBD relativa a la eficiencia energética de los edificios es un paso más en este camino hacia la transformación del sector, puesto que mejora el marco legislativo para establecer unas metas más ambiciosas y más acordes con la urgencia climática que estamos viviendo.

Esta revisión pretende servir de base para que la UE pueda llegar a presumir de tener un parque inmobiliario descarbonizado y sin emisiones de aquí al 2050. Eso sí, también deja claro que esto solo es posible aumentando la resiliencia de estos edificios (con respecto al paso del tiempo) y mejorando su accesibilidad, tal y como ya hemos señalado. Aparte, esta revisión también establece medidas que contribuirán a mejorar la calidad del aire, el despliegue de tecnologías relacionadas con la movilidad sostenible, la digitalización de los sistemas de frío comercial y el aislamiento de edificios.

Con todo esto, se pretende que esta normativa también impulse otros aspectos clave en la lucha de la UE contra el cambio climático, como la implementación de las fuentes de energía renovables en los edificios, la subsecuente eliminación de los combustibles fósiles para la calefacción y el uso de energía solar para suplir los niveles de acondicionamiento de aire.

Para ello se establece, en línea con otros documentos normativos, una serie de mínimos en materia de eficiencia para todos los edificios no residenciales. En este sentido, las instalaciones de calefacción, aire acondicionado y agua caliente de dichos inmuebles cobran una importancia capital.

Es por ello por lo que, hoy en día, contamos con diferentes índices de eficiencia, siendo los más importantes (en nuestro sector) el COP coeficiente de rendimiento, el EER ratio de eficiencia energética y el ESEER.

Coeficiente de rendimiento COP

La Asociación Española de Normalización, a través de la UNE-EN 14511-1:2019, establece que el COP coeficiente de rendimiento (en español), es la relación entre la potencia frigorífica y la potencia absorbida por el equipo (ambas medidas en kW).

Esto, en última instancia, implica que un aparato con mayor COP va a tener un menor coste operativo que otro con un COP bajo. No obstante, conviene tener en cuenta que, en el caso de instalaciones complejas, el COP debería tener en cuenta la electricidad consumida por todos los accesorios para ser realmente representativo.

Para el caso de las bombas de calor, la cantidad de calor que se puede bombear depende de la diferencia de temperatura entre las fuentes fría y caliente: a más diferencia, menor rendimiento. Por regla general, el coeficiente de rendimiento también es menor cuando la bomba se utiliza para refrigeración, puesto que no se le saca partido al calor que produce el motor.

En el caso de las bombas térmicas, estas pueden tener un COP mayor que 1, porque se está moviendo calor usando energía, el cual se suele tomar de la entalpía del aire atmosférico.

Finalmente, existe un término similar al COP, el COSP (Coeficiente de Rendimiento del Sistema), que hace referencia a los kW que se han de utilizar para conseguir 1 kW de refrigeración.

EER (Energy Efficiency Ratio)

Pese a lo que hemos explicado, estimar la eficiencia de un equipo de aire acondicionado o de refrigeración es mucho más complejo de lo que pueda parecer a simple vista y, por este motivo, no es suficiente con medir el COP (si queremos ser realmente exactos), sino que se debe recurrir a otros estándares que nos ofrezcan una información complementaria acerca de la eficiencia de estos.

El EER es la capacidad de un aire acondicionado para producir frío (en Kcal/h) por consumo de energía eléctrica (en kW). Esta se calcula con un 100% de carga del aparato y bajo unas condiciones ambientales estándar. De este modo, un EER más alto indica una mayor eficiencia, puesto que esta ratio nos haría entender que el aparato en cuestión es capaz de generar más frío con menos consumo. Esto, a su vez, resulta en una clasificación energética por letras.

*Los colores utilizados en estos esquemas no son representativos.

Al igual que pasaba con el COP, el EER tiene una variante, el SEER (Seasonal Energy Efficiency Ratio). Este indicador sirve para llevar a cabo un análisis más exhaustivo, porque el SEER analiza el rendimiento del sistema en las condiciones típicas de una estación en concreto y, además, con diferentes cargas (100%, 74%, 47% Y 21%). Así mismo, también estudia los consumos cuando el aparato está en espera, desactivado o apagado. Esto quiere decir que el SEER es más exacto que el EER, puesto que no utiliza condiciones ideales (el aparato no va a estar siempre al 100% de carga y también se producen “consumos fantasma”).

Al final, esto se traslada, una vez más, a una escala de letras, colores y números que se plasma en una etiqueta energética.

ESEER (European Seasonal Energy Efficiency Ratio)

No obstante, pese a la existencia de estos indicadores (y muchos otros que no mencionamos), Eurovent, en el ensayo titulado “Effect on the Certification on Chillers Energy Efficiency” (2006), presentó el término ESEER o European Seasonal Energy Efficiency Ratio. Como es posible percibir por sus siglas, se trata de una variante del SEER que tiene en cuenta las particularidades del clima europeo, así como las de sus edificios.

Según el susodicho documento, el ESEER es una fórmula ponderada que tiene en cuenta la variación del EER con el índice de carga y la variación de la temperatura a la entrada del condensador.

ESEER = A.EERA + B.EERB + C.EERC + D.EER D

Los coeficientes de ponderación son los que se indican a continuación para los índices de carga parcial que se indican en los cuadros.

A = 0.03              B = 0.33              C = 0.41              D = 0.23

En conclusión, conviene que tanto los instaladores como los compradores de sistemas de aire acondicionado y refrigeración tengan en cuenta indicadores como el coeficiente de rendimiento COP. Aunque unos pierdan popularidad y vayan apareciendo otros nuevos, no se trata de una moda pasajera, sino que están fuertemente ligados a los avances que exigen las nuevas directivas europeas e internacionales, las cuales se están implementando con el objetivo de alcanzar las metas medioambientales a las que Europa se ha comprometido. En Cofrico nos comprometemos a mejorar la eficiencia energetica de tus instalaciones, revisando estos y otros parámetros.



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